Homeless una forma de vivir

Sin techo, sintiendo calor y frío, viendo como cae la lluvia, y siempre bajo las estrellas. Viviendo.

lunes, mayo 12, 2008

Silencio (III)

Ya no hay música, tus oidos se cierran.

Te estás enfriando, antes lo veías desde fuera y no lo entendías, ahora sí.

Primero desaparece la carcajada limpia y risueña, la sustituyes por el aprecio interesado al amor, después desaparece el tacto, y ya no percibes. No te sientes indestructible, simplemente no sientes de fuera a dentro, sientes por dentro y para adentro, no depende de tu alrededor. Da la sensación de dejar de comprender.

Todo se queda por fuera, se acaba la ilusión, cualquier cosa que se le parece es simplemente un atisbo de lo que recuerdas. Y sabes que cuando has mirado hacia abajo, ya no hay marcha atrás.

Tu sentido ha perdido el aroma del deseo, te has olvidado de él. Le has sobrevivido.

Ya no guardas cosas para enseñar, ni historias para contar. Ya no te apetece hablar.

Cada vez guardas menos de ti para ellos, no te importa qué es lo que te ha exprimido hasta quedarte en nada.

No tocas, no escribes, no escuchas, ya no hay música.

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