Rastro
Todo está ahí, me acuerdo que no me hablabais, y que no lo entendía.
Yo corría detrás sin poder ponerme a vuestra altura, me miro y sigo sin conseguirlo. Terminé aceptando que el motivo por el que no lo conseguía radicaba en mí mismo, y que el culpable era yo.
Recuerdo como si fuera ayer la soledad en la que estaba, y ahora ha cambiado la forma pero sigo envuelto en ella.
Voy siguiendo un rastro desde el principio, y me arrastra sin poder escapar. No creo que pueda salir de su influjo.
Me impido llegar a sentir alegría por algo que busco porque no olvido, veo que es el fin de muchos y mi sinsentido.
Paso el tiempo pensando y encauzando algo que no puedo consumar, se ha convertido en un juego en el que jugar y perder es el sentido con más fuerza de todos, y en el que me encuentro más seguro pero infeliz. Por eso, no sé donde está el límite entre lo que me pasa y lo que provoco que me ocurra.
Ahora no me hablo, y no me entendeis.