Homeless una forma de vivir

Sin techo, sintiendo calor y frío, viendo como cae la lluvia, y siempre bajo las estrellas. Viviendo.

martes, octubre 24, 2006

Jejeje

Pepe caracol, Pepe caracol, Pepe caracol... cantaba la niña alrededor de su amigo.
Y el niño hinchado por la situación,
rojo aguantaba la respiración
deseando que pasara ese eterno momento de gran humillación.

Cuanto cambian los ojos de una persona. Ya casi no te acuerdas de las preocupaciones de tu infancia. Tampoco de las sonrisas.
¿Nos acordaremos de las actuales?

Somos una fotografía de todo lo que nos ha pasado, cada más minúsculo detalle se ha ganado su sitio. Leyéndola podemos ver de que pasta estamos hecho y nos acompaña siempre.

Quiero saltar.

domingo, octubre 22, 2006

Dime

Dime, ¿dónde te duele?

Un día tomas una decisión sobre tu vida por la persona que amas, otro día tienes que dejar de hacer ciertas aficiones porque no tienes tiempo, otro día se te imponen más obligaciones porque ya es hora, otro día dejas de explotar de ti una parte que te gusta pero que da igual porque tienes otras… poco a poco te come terreno, no hay tanto que te haga estar bien.

Como un flash que te deslumbra, te levantas una mañana y te miras, y ya no tienes esa forma vital de ver las cosas, estás apagado, mermado, ya no quieres hacer nada, no sabes que es lo que te duele, porque son tantas cosas y al mismo tiempo ninguna de ellas.

Siempre vivimos una lucha con el mundo, una constante competición, que nos ayuda a afincarnos en lo que somos y a perfeccionarnos. Pero eso nos hace olvidar lo que somos, y para qué estamos aquí.

El culto a uno mismo no tiene que ser el único centro de nuestra vida, pero si uno. No promuevo el egoísmo, pero dedicarse a uno mismo debe ser una obligación vital como persona. Conocerse a si mismo y disfrutar de ello, es la mayor aventura que vas a vivir con diferencia. Aprender de los detalles de tu entorno es vivir al máximo, y te lo debes.

Esta vida es un boceto sin cuadro, dedica todo el tiempo que desees a cada trazo.

sábado, octubre 21, 2006

Luz

Una sonrisa cargada de luz es suficiente para desorientar y aprender. La miras, no sabes cómo iluminarte con ella, no sabes qué postura coger, simplemente contemplas.

Es sencillo dejarte llevar, es seductora, embaucadora, maravillosa… dar justificaciones terrenas de su poder, quitarían su propia fuerza mística, pero sin saber de dónde viene no puedes tener control sobre ella. Estás supeditado a una gracia caprichosa, que hace cosas contigo, que tú solo no podrías. Tienes la sensación de estar quitando capas de piel, para aumentar tus emociones, y al mismo tiempo tu indefensión. Es mezcla de pasión, potencia, riesgo, locura… eres protagonista de una escalada hacia el cielo.

Hablar de luz, consiste en hablar de ti mismo, de saber hasta cuanto eres capaz de ser iluminado. Con el tiempo, ciertas cosas pierden su brillo, no sabes cuantas vas a poder recuperar. Hay pasos que han dado tus pies que son irreversibles, y hacen que ciertas cosas ya no te puedan pertenecer. Ya no puedes mirar a otro lado y volver a ser ignorante. Perder inocencia te da control, te crea una coraza que te protege del exterior, pero también te aísla, impidiendo que lleguen algunos rayos de luz.

Volver a ser niño, es un dulce muy deseado, pero no se puede.

El autoengaño es un método de grano muy fino: teorizar un comportamiento que se adapte al bienestar que deseas, ponerlo en práctica en contra de tu tendencia natural, y que funcione. Gran parte del engaño personal consiste en embaucar a los que te rodean.

A través de las palabras se transmite algo más que significados, también hay emociones, formas de sentir y ver las cosas. Pero esa comunicación no es simétrica, está por un lado lo que se quiere comunicar, y por otro lo que el receptor entiende/siente, puede entender/sentir y quiere entender/sentir de las palabras escuchadas. Si el sentimiento que transmites en tu vida, no es coherente y continuo, entonces no es auténtico, es producto de tu ilusión por tenerlo. Y cuando hay alguien más, sólo tienes que dar los sentimientos coherentes y continuos que puedas garantizar hasta cierto punto. Ya que si no, la persona que te acompaña nunca llegará a entender ni confiar en ti.

Crecer mental y emocionalmente es un camino necesario en cuanto que hay movimiento. Desde el momento en pasan acontecimientos y decisiones, ya no eres el mismo que si no hubieran ocurrido. Y dicho camino no se puede hacer marcha atrás.

Si quieres mantener esa sonrisa sobre ti, sé sincero contigo mismo, y a partir de ahí serás sincero con los demás de manera natural, iluminando a los que te rodean.

miércoles, octubre 18, 2006

De frente

-¿Apuestas ilusión?
-Venga va, no tengo nada que perder. Quizá. No lo sé.
Dos días, pensar o no pensar, no lo puedo remediar, pienso. ¿Me ilusiono? Es decir, ¿me arriesgo? ¿a qué?, a la decepción, al dolor. Con el tiempo, se gasta, te acostumbras, y ya no deseas.
Qué más da. Las ilusiones es parte de la gracia. Tener ilusión es tener gran parte del pastel, cuando ya lo tienes sólo es recrearte.
Acepta las cosas tal y como vienen, tal y como son. Es el principio para superar obstaculos y bailar al son de las circunstancias.

"No luches
contra monstruos,
conviértete
en monstruo,
si miras
al abismo,
el abismo
te devuelve
la mirada."

-Friedrich Wilhelm Nietzche

martes, octubre 17, 2006

Bailas?

Punzadas en el estomago, dos o tres, es la manera que, de vez en cuando, hace mi entorno para dejarse notar. Producido por la falta, o la busqueda de algo, observo mi alrededor. Siento que va aparecer ahora, va a ocurrir ahora.
Una mirada, una sonrisa, un estilo, son cosas que me evaden de donde estoy. Me transportan a una vida distinta con un nudo constante en el estomago, un sueño de compañía, valentía con la vida, inconsciencia y deseo. Unas vacaciones de esto, de todos los días, que a pesar de que sigas haciendo lo mismo, estes suspendido en otra forma de sentir.
Al igual que una mirada difusa dibuja lo que falta, y lo suaviza, yo me recreo en lo que siento, la realidad no me importa, sólo sentir al máximo, con la originalidad y sorpresa de lo que hay a mi alrededor. ¿Irreal? Sí, como cualquier sueño, y a nadie le importa soñar.
Los lugares se convierten en encrucijadas, en posibilidades y en recuerdos. Como cualquier sueño tiene un momento de descontrol y de irrealidad, pero otro del despertar, que la ilusión se convierte en dolor y en decepción.
Paciencia que pronto ocurrirá ese abrazo injustificado, que no pedimos, sino que se nos es dado.

Olas de tiempo

Hoy, lluvia. Veo movimiento y tiempo. Miro atrás y sólo veo tiempo.
Ayer, mi primer día de juerga, ayer mi primera canción, ayer mi primera chica, ayer mi primer día de facultad, ayer mi primer libro, ayer mi primer trabajo, ayer... se te olvida, pasa de largo, y sin mirarte a la cara. Trátale con cuidado y con mimo, vive con él. No soporto darme cuenta que no he hecho nada, que no puedo recordar lo que he hecho, ya sea emocional o racionalmente. Todo tiene que marcar de alguna manera, si no, vives como una maleta. Una maleta del tiempo, que envejece sola, y sigue siendo la misma. Si crees que te pasan pocas cosas, créalas. Hasta los pequeños detalles hacen que una tarde sea distinta.
Quiero cambiar, no sustituir lo que tengo por otra cosa, sino evolucionar. Ser mejor, ser el mejor.
El día a día es lo que te hace aprender realmente las cosas, ya sea un curso de programación, peleandote en cada momento porque salgan las cosas, como intentar vivir sin pensar en ella, que va y viene viajando en tus estados de animo.
Uno aprende a vivir cuando disfruta tanto de las alegrías como del dolor (disfrutar. (De dis-1 y fruto).1. tr. Percibir o gozar los productos y utilidades de algo). Parece que es dificil entresacar algo de tu dolor, o fácil mantener tus ilusiones sobre las cosas. Pero dependiendo del momento, cuesta más una cosa que la otra. Al dominar esto, nada tiene ni mucha ni poca importancia.
No quiero paralizarme, y ver que todo esta igual que hace seis meses. Quiero moverme hacer cosas, y con el tiempo estoy más atado. Antes podía romper con todo cuando quisiera, ahora también, pero cuesta más, y da más miedo. Los proyectos se hacen más grandes, y más pesados, de manera que dejarlos atrás, significan muchas más cosas. Esto último se me ha escapado de las manos, y tengo que remediarlo. Hasta entonces, paciencia y con calma, que todo se ve más claro.

lunes, octubre 16, 2006

Cuatro días de calma antes de la tormenta

Un viaje, cinco amigos. Una ilusión.
Evadirse del día a día, seguro de ti haciendo lo mismo pero en otro lugar, más bonito eso sí, mucho más bonito, Granada.
Para mí, diferente, mucho tiempo para pensar. Las enfermedades te aislan de un mundo para meterte en otro, más tranquilo. Si intentas luchar contra ellas, la impotencia te desesperará, pero si te relajas puedes aprovechar y tener unas vacaciones justificadas de tus ansias de avanzar.
Allí, ultima noche (05.30 a.m.):
-Tío, la tenía, sólo consistía en ir a ese garito, y ya
- haber ido, con telu
- Quería que saliera todo el mundo, se acaba un bar vamos a otro, no quería llevar todo el peso de movilizar a todos por esto, estoy destrozado como todos. Para que... ¿para ir allí, y que luego no esté? me dijo tres bares distintos.
-peor para ella, que se joda
-Cuatro noches en Granada y más que cuatrocientas en Madrid, y nada. Ademas con este ambiente, que es maravilloso.
-yo salgo con colegas pijos y nada, salgo con desgraciados y nada, no hay manera
-La vida es mierda, una gran mierda.
.....
-Buenas noches
-buenas noches campeón

He vuelto descansado, pero sin ganas de volver. Ayer me acoste oyendo el ambiente de mi casa, me recordó a los domingos del tiempos del colegio: ruido de una televisión encendida (de todo el fin de semana), un secador de pelo, una pregunta y otra pregunta, una cama deshecha y tú encima, rendido ante la evidencia del mañana, un lunes que no quieres que llegue.
Al día siguiente, ya no hay sol, hoy empiezo las clases. Voy al curro viendo que no quiero hablar con nadie, no quiero ir a la facultad, y tampoco llegar hecho mierda a casa para irme a la cama, y volver a empezar. Esta agonía deja de serlo cuando tienes la ilusion en alguna parte, un punto hacia donde mirar, yo ahora no lo tengo, como suelo decirme a mi mismo, no pasa nada estarás cansado.
Cuando miras una cosa fijamente, no ves nada más, es lo que me pasa.
Tengo grandes amigos al lado mío, y espero que no desaparezcan.

martes, octubre 10, 2006

Un respiro

El día ha comenzado cansado, 5 horas de sueño, unas cervezas y unos cuantos cigarrillos lo han garantizado.
He llegado al trabajo, y he centrado mis pensamientos sólo en las cosas que tenía que hacer, para evitar pensar en nada más. A las nueve de la mañana varias ventanas saltan saludandome, y pidiendo conversación. Dicen que sonreir te sirve para estar contento, ya que los que te ven se sienten bien, y sonríen, y su bienestar se contagia. Eso lo practico al máximo. Largas conversaciones sobre un viaje y nerviosismo generalizado sumado a las cosas que tenía que hacer en el trabajo, hacían que mi estrés aumentase. Conclusión viaje mañana a las tres de la tarde, felicidad colectiva. Hoy había quedado para ir a Alcorcón, al otro lado de Madrid para ver unas chaquetas, matricularme, y me proponen hacer un cambio de aceite al coche, que buena falta le hace. Ahora además, una maleta.
Porqué no dejar algo para la semana que viene, nos preguntaremos todos, porque cuando llegue de viaje el domingo, por la noche, al día siguiente tendré que ir a trabajar, y luego empiezo las clases, como dicen los apocalipticos, hasta junio, y no podre hacer nada.
De manera que salgo a las dos del mediodía, corriendo y pensando en las cosas del curro, llego a casa y me llaman por telefono vociferando, preguntando que hago que no estoy ya de camino. Explico que no me puedo multiplicar y que tardaria 15 minutos más en llegar. Meto los papeles de la matricula, importante no olvidar ninguno, ya que no puedo volver a por nada. Llego al lugar de encuentro y me comunica que esta comiendo en la facultad, llego y le veo comer durante 20 min. Nos vamos a cambiar el aceite al coche, 40 min mas tarde de lo estimado, a mi compañero tardan 20 minutos y a mi 50. Las cinco y veinte de la tarde (habiendo quedado para ir a Alcorcon a las 16.30). Tenemos que echar gasolina al coche y mi compañero (único conocedor del lugar) me lleva a una gasolinera que me desvía del unico camino que conozco. Ahí nos separamos, y termino a 30 minutos de que me cierren la secretaría de la facultad, en carretera que no se donde estoy ni hacia donde ir.
Entre tanto el chaval que había más o menos quedado me llama, yo no pudiendo hacer nada le estimo a que hora podemos vernos, y el me dice que habíamos quedado, mis nervios a flor de piel.
Consigo llegar a la secretaría y entregar la matricula a cinco minutos de su cierre. Llamando a mi dejado amigo, diciendo que se iba a casa. Con sentimiento de culpa, asumo su decisión. Voy para casa, dandome cuenta que tengo que hacer la maleta y notando como una especie de costipado-gripe se acerca.
Y aquí estoy, dandome un respiro, ya que todavía me esperan, más aventuras.
Tengo que hacer menos cosas, y ver donde están los límites.

lunes, octubre 09, 2006

Ni hoy, ni mañana ni pasado, sino ahora

Abro los ojos, suena la radio como arma del infierno, me levanto me dispongo a ducharme, desayuno, salgo.
Lo que era un amanecer soleado ahora es un día gris y apagado, hace más frio. Los niños van al colegio, y yo a trabajar.
Me dispongo a pasar mi jornada laboral, bajo los fluorescentes que aclaran y azulan cualquier ser vivo que haya por aquí, en frente de mi ordenador, mi herramienta de trabajo y al mismo tiempo mi ventana al exterior.
Atrás queda el fin de semana de descontrol y des-descanso. Siempre meditar en el crepusculo de la semana, qué ha pasado, porque ha pasado, y qué puedes hacer. Mi obligación.

miércoles, octubre 04, 2006

Comenzando

Esto más que tener que empezar, es empezar teniendo algo que decir.

.