Gattamelata
No tiene cara, no tiene voz, no tiene amor.
Quiero ver, sentir y dejar de soñar. Dejar de defenderme. Estabilizarme.
Me parece atractivo drogarme con mis sueños, volar, pero luego me hunden, y me hacen daño.
Pienso lo que quiero, y nunca estoy contento. Confio en la creatividad de lo desconocido, pero me desespera.
En general, no acepto lo que tengo, y destrozo con mi visión, mi locura, lo que toco. No quiero tocar para no destruir.
No sé que es lo que busco, o lo que espero, pero algo tiene que ser, ya que estoy inquieto.
Parar, tumbarme y relajarme, cerrar los ojos y no pensar. ¿Su sonrisa me lo conseguirá?
Tristemente, no.